La eliminación de nanoplásticos plantea un desafío emergente. En el sector del tratamiento de aguas, la presencia de nanoplásticos en agua representa una amenaza creciente para la salud y el medio ambiente. Estos contaminantes, con tamaños inferiores a 100 nanómetros, pueden atravesar barreras biológicas y acumularse en los tejidos de organismos vivos. Estudios en España, como el realizado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), revelaron una concentración promedio de 359 nanogramos de nanoplásticos en agua potable, lo que subraya la necesidad urgente de métodos de eliminación efectivos y sostenibles. Investigadores de la Universidad de Missouri han desarrollado un método innovador para eliminar nanoplásticos. Su estudio, publicado en ACS Applied Engineering Materials, describe un proceso de remoción de nanoplásticos mediante un solvente hidrofóbico.

Impacto de los nanoplásticos en la salud y los ecosistemas

Los nanoplásticos presentan riesgos para la salud pública. Debido a su tamaño microscópico, estos contaminantes pueden atravesar membranas celulares y acumularse en tejidos humanos y animales. Estudios recientes, como uno publicado en The New England Journal of Medicine, han correlacionado la presencia de micro y nanoplásticos en el cuerpo humano con un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El estudio detectó microplásticos en placas arteriales y mostró que los pacientes con estas partículas tenían un riesgo 4,5 veces mayor de sufrir eventos cardiovasculares.

La acumulación de nanoplásticos también afecta los ecosistemas acuáticos. En los ecosistemas marinos, su incorporación en la cadena alimentaria impacta gravemente la biodiversidad, amenazando especies clave. En España, estudios han detectado micro y nanoplásticos en aguas superficiales y subterráneas, revelando una contaminación generalizada. Este problema se agrava aún más por la baja tasa de reciclaje de plásticos.

La contaminación por nanoplásticos afecta la biodiversidad acuática y amenaza la cadena alimentaria marina

La producción plástica y su baja tasa de reciclaje agravan el problema. España produjo 3,5 millones de toneladas de plástico en 2023, de las cuales solo el 25% fue reciclado, según el Ministerio para la Transición Ecológica. Este nivel de producción y reciclaje insuficiente subraya la urgencia de soluciones avanzadas en tecnologías de purificación que puedan aplicarse a nivel industrial, reduciendo eficazmente la contaminación por nanoplásticos en el agua.

Tecnología hidrofóbica para la extracción de nanoplásticos

Un solvente hidrofóbico ofrece una extracción efectiva. Investigadores de la Universidad de Missouri han desarrollado un método innovador para eliminar nanoplásticos del agua, logrando una eficiencia superior al 98% mediante un solvente hidrofóbico compuesto por ingredientes naturales. Este solvente utiliza solventes eutécticos profundos (DES), derivados de compuestos como el ácido láctico y la colina, ambos seguros y ampliamente empleados en la industria alimentaria y cosmética. Al mezclarse con el agua, este solvente captura las partículas de nanoplástico y, tras la separación, flota nuevamente en la superficie, facilitando su extracción posterior. Esta formulación asegura que el proceso sea seguro y sostenible, sin añadir químicos dañinos al agua, y evita la contaminación secundaria.

Resultados superiores en eficiencia y sostenibilidad para el sector. La tecnología ha sido probada con poliestireno de cinco tamaños distintos, superando métodos anteriores que limitaban su efectividad a un solo tamaño de partícula. Los ingenieros de Missouri planean explorar la capacidad máxima del solvente y su posible reciclaje, lo cual apunta a un potencial uso escalable en sistemas industriales y aplicaciones a gran escala, como lagos y cuerpos de agua más extensos.

La tecnología supera métodos anteriores al tratar nanoplásticos de distintos tamaños

Conclusión

La innovación en purificación promueve políticas más efectivas. En España, la Estrategia de Economía Circular 2030 establece metas para reducir el impacto de los residuos plásticos, impulsando el reciclaje y la economía circular. La integración de soluciones innovadoras como el solvente hidrofóbico en el sector de tratamiento de aguas podría complementarse con estas políticas, ofreciendo alternativas prácticas para la reducción de nanoplásticos. Para los ingenieros en tratamiento de aguas, estos avances ofrecen herramientas eficaces para enfrentar el desafío de la contaminación por nanoplásticos, garantizando un futuro más seguro para los recursos hídricos y la salud pública.

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