Un informe arroja luz sobre la interacción entre GenX y agua. Un equipo de investigadores de la Universidad de Buffalo, ha desarrollado una investigación que analiza el proceso que se produce cuando GenX interactúa con el agua. El estudio muestra cómo, en este proceso se producen estructuras complejas conocidas como micelas.
Avanzando en el conocimiento de los PFAS
El estudio tiene su motivación en un estudio previo de la Agencia de Protección Ambiental. Esta agencia, dependiente del Gobierno de Estados Unidos, realizó una publicación donde atribuía un mayor riesgo a los químicos GenX que a los productos que reemplazarían. Por ello, los investigadores han analizado la presencia de GenX y sus derivados, hallados en agua potable.
La investigación ha supuesto un gran avance en el estudio de GenX. Como señala Paschalis Alexandridis, miembro del equipo, es la primera investigación que expone la realidad hallada sobre las micelas GenX. Por lo tanto, nos encontramos ante un movimiento relevante hacia el conocimiento de las consecuencias de la liberación de estos productos en el entorno.
La investigación es un paso relevante hacia en conocimiento de las consecuencias de los PFAS
GenX es parte de un compuesto de químicos sintéticos, habitualmente llamados PFAS. Conocidos como sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, los PFAS representan un amplio grupo de compuestos químicos de origen sintético.
Observación de micelas en la investigación
La resistencia de los PFAS al proceso de descomposición, ha generado preocupación. Por su conocida capacidad para hacer frente a su descomposición, estos compuestos han llegado a ser considerados “productos químicos para siempre”. Por lo tanto, esta capacidad ha derivado en un considerable interés por los efectos que pueda causar tanto medioambientalmente como a la salud humana.
En algunos casos, determinados PFAS han llegado a ser prohibidos. Como apunta Alexandridis, ante esta situación, se han creado sustitutivos que permitan su reemplazo. A pesar de ello, señala el autor del estudio, debemos considerar lo indicado por la Agencia de Protección Ambiental.
Determinadas sustancias PFAS han llegado a ser prohibidas
La naturaleza de GenX es la que propicia la formación de micelas. En el caso de GenX, encontramos una formación dual. Es una molécula surfactante que, por un lado comprende segmentos solubles en agua y, por otro lado, otros que no tienen esa propiedad. Por ello, esta dualidad, es la que facilita la aparición de micelas y el adsorberse en superficies o unirse a distintos compuestos como son las proteínas.
La primera observación de las micelas formadas. En el estudio, ha colaborado la Universidad de Utah y, fruto de la cooperación, han apreciado a nivel atómico la formación de las micelas. Además, se ha podido comprobar la formación de las mismas. Conocer mejor cómo se forman y de qué manera se estructuran, permite conocer su impacto en el medioambiente y en la salud.
Conocer la formación y la estructura de las micelas, permitirá identificar su posible impacto
Un patrón para otros PFAS
Un aspecto clave es conocer la asociación de PFAS. Este tipo de compuesto, se muestran en concentraciones muy bajas, sin embargo, muestran una tendencia hacia su depósito en superficies. Este es un aspecto positivo para el propósito de retener los PFAS a través de adsorbentes. Sin embargo, es negativo cuando se unen a las proteínas presentes en la sangre. Por ello, poder controlar esta unión, es esencial.
El estudio permite establecer un patrón para otros PFAS. Como resultado de la investigación, no sólo se ha incrementado el conocimiento sobre los GenX sino que, además, permite realizar predicciones sobre otros PFAS. La estimación predictiva tiene su origen en fórmulas computacionales y podría ofrecer información sobre los componentes menos conocidos de este tipo.
La estimación predictiva tiene su origen en fórmulas computacionales
Técnica experimental y computacional en el marco de la investigación. Si la técnica computacional permite establecer predicciones, también se ha aplicado otro tipo de prácticas, con carácter experimental. En el desarrollo del estudio, se han aplicado tensión superficial, fluorescencia, viscosidad, dispersión de neutrones de ángulo pequeño y simulaciones de dinámica molecular.
Investigar supone una inversión de futuro. En resumen de la teoría de la investigación, Alexandridis apunta que, la inversión de recursos y tiempo en estudiar los productos químicos, tiene grandes beneficios. De esta forma podremos conocerlos mejor antes de introducirlos en productos que, finalmente, llegarán al medioambiente y a los seres humanos.
La investigación supone una inversión de futuro por la capacidad de prevención que ofrece
Conclusión
El conocimiento es la clave para prevenir posibles perjuicios. Investigaciones como la que han desarrollado desde la Universidad de Buffalo, nos permiten conocer mejor cómo afectan las sustancias PFAS. El potencial riesgo que podrían causar, puede ser reducido gracias a investigaciones como la que se ha desarrollado. El futuro pasa por un sistema donde el agua sea de calidad y los vertidos más seguros.