El uso de cloro como parte del tratamiento de aguas residuales podría propiciar la pérdida de eficacia de los antibióticos. El cloro es un desinfectante comúnmente utilizado para el tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, podría no lograr una total eliminación de sustancias que, con origen farmacéutico, acaban en el agua. 

Una inadecuada eliminación de residuos farmacéuticos, permite que desde las plantas, sean liberadas sustancias de este tipo en los canales de agua. Es ahora cuando estudios preliminares sobre la aplicación de cloro, revelan que, hacer uso de esta forma de desinfección (cloración) puede favorecer la formación de nuevos antibióticos

La presencia de nuevos tipos de antibióticos en el medio ambiente y que tengan un carácter desconocido, pueden generar inmunidad a estas sustancias. Este es el resultado de la investigación de la 249º Reunión Nacional y Exposición de la American Chemical Society. Así mismo, apuntan a la necesidad de replantear el tratamiento del agua.

Dr. Olya Keen

Dr. Olya Keen

“Los productos farmacéuticos que salen al medio ambiente pueden dañar la vida acuática, haciéndolos reaccionar lentamente en la naturaleza e interrumpiendo sus sistemas hormonales”, indica Olya Keen.

A esta aseveración añade que, esta presencia, puede favorecer la aparición de microbios inmunes a los antibióticos. Pudiendo esto deteriorar la capacidad  de los antibióticos para eliminar bacterias en el ser humano. 

«Las aguas residuales tratadas son una de las principales fuentes de productos farmacéuticos y antibióticos en el medio ambiente», señala Keen. 

Continúa  afirmando, “las instalaciones de tratamiento de aguas residuales no fueron diseñadas para eliminar estos medicamentos. Las moléculas suelen ser muy estables y no se biodegradan fácilmente. En cambio, la mayoría simplemente pasa a través de la instalación de tratamiento y al medio ambiente acuático.»

Además de no eliminar por completo los residuos farmacéuticos presentes en el agua residual, el uso de cloro puede tener otras consecuencias. Puede darse la proliferación de nuevos antibióticos en el  agua tratada.

«Sorprendentemente, encontramos que los productos formados en la muestra de laboratorio eran antibióticos aún más fuertes que la doxiciclina, antecesor y el compuesto inicial», agrega Keen. Pese a estas conclusiones, por el momento, no se ha identificado las propiedades que poseen estos productos de nueva formación.

Estos nuevos productos presentes en el agua, podrían convertirse en antibióticos desconocidos. Como solución a esta problemática, Keen propone disminuir la cantidad de residuos farmacéuticos que acaban en una planta de tratamiento. La eliminación de compuestos farmacéuticos es una materia que carece de regulación. 

Por ello, en el informe  se recomienda encarecidamente la recolección e incineración de estos compuestos. De esta forma se lograría evitar que su presencia acabe repercutiendo en el medio ambiente.

Esta investigación puede ser empleada en sistemas de tratamiento de agua potable. En muchos de estos sistemas se usa el cloro para desinfectar, se deposita en las tuberías del sistema durante horas. Esto evita que proliferen los microbios, sin embargo, también favorece la aparición de nuevos antibióticos al  interactuar con componentes farmacéuticos. 

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